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El hielo seco es dióxido de carbono (CO₂) en estado sólido, con una temperatura de –78.5 °C. Está compuesto por un átomo de carbono y dos de oxígeno. Es incoloro, no inflamable y posee un aroma ligeramente picante y agrio.
Cuando el hielo seco se disuelve en agua, reduce el pH, haciéndola un poco más ácida. Ese efecto es el que da la sensación burbujeante y ligeramente ácida que suele agradar en las bebidas carbonatadas.
Los usos del hielo seco son muy diversos, abarcando aplicaciones domésticas, comerciales e industriales:
- En el hogar, se utiliza con frecuencia para demostraciones y experimentos educativos.
- En el ámbito comercial, es ideal para preservar alimentos refrigerados o congelados durante el transporte.
- En la industria, se emplea como medio de proyección en los sistemas de limpieza criogénica, que permiten remover residuos sin generar humedad ni residuos secundarios.
